La geografía de Navarra es, a pesar de su reducido tamaño, muy variada. El norte del territorio es montañoso, dominado por la cordillera pirenaica, contrastando con las llanuras del sur: la Ribera; lo que da a Navarra una gran riqueza y diversidad de paisajes, distintas maneras de ser de sus gentes y una gran arquitectura monumental, heredada del antiguo Reino de Navarra; cuyo fin definitivo lo encontró en Salinas de Pamplona con la perdida de la gran batalla campal el 30 de junio de 1521. En recuerdo de esta batalla se encuentra un monumento, lugar de reunión el último domingo de junio.